La isla del doctor Moreau; H. G. Wells

Todo comienza con un naufragio. Eso lo sabemos. La última cosa que Edward Prendick mira es la desdicha de su barco. Luego despierta, sin saber cómo es que tal cosa ha sucedido. Pero lo hace a un nuevo mundo, a uno deforme, donde la mítica figura de la Quimera, el híbrido humano/animal, se codea al fin con la ciencia en pleno.

La isla del doctor Moreau
H. G. Wells (1896)

A Prendick lo revive un médico llamado Montgomery. Él le explica que el barco que ahora lo sostiene se dirige a una isla sin nombre, donde Montgomery trabaja, y que los animales a bordo del buque viajan con él. Prendick también conoce a un nativo grotesco y bestial llamado M'ling que parece ser el siervo de Montgomery. Al llegar a una isla por demás solitaria en el Pacífico, se encuentran con un extraño doctor se dedica a experimentar con animales, con el objetivo de convertirlos en humanos y, de esta manera, mejorar la especie humana. El resultado, sin embargo, son unos monstruos horribles que planean levantarse de forma inminente contra su creador.

Cuando la novela fue escrita a fines del siglo XIX, la comunidad científica de Gran Bretaña estaba sumida en los debates sobre la vivisección de animales. Incluso ciertos grupos de interés, formaron, para abordar la cuestión, la Unión Británica para la Abolición de la Vivisección, constituida dos años después de la publicación de la novela.

Este, un clásico sin discusión alguna, ha sido adaptado al cine en varias ocasiones, y parodiado incluso por The Simpson. Su mensaje sigue sin embargo latente, y ahora más, cuando jugar con fuerzas que recien comprendemos -Clonación, investigación genetica- es cosa que se mira cada día en televisión.

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SOLARIS; Stanisław Lem

Un clásico entre los clásicos. Kris Kelvin llega a la estación Solaris para sustituir a uno de sus tres ocupantes y averiguar en qué circunstancias ha muerto. Allí descubrirá que los dos miembros del equipo que sobreviven se encuentran al borde de la locura, y que en la estación hay otras extrañas presencias, fantasmas convertidos en carne y hueso de los que no se puede huir.

SOLARIS
Stanisław Lem

Kelvin mismo recibirá una visita de su pasado, Harey, una mujer a la que en un tiempo hizo daño y que ahora el propio planeta parece haber materializado para Kelvin. El planeta que se encuentra debajo de la estación espacial y que lleva el mismo nombre está cubierta por un océano de naturaleza desconocida. Durante años la ciencia se ha ocupado de investigar su actividad casi inteligente (¿casi?) sin llegar a ninguna conclusión que determine su verdadera naturaleza.

El autor nos intenta hacer ver que quizás un extraterrestre puede ser tan distinto a nosotros que la comunicación sea imposible, pero que esa circunstancia no tiene por qué indicar que no sea inteligente.

`Solaris` habla sobre eso, sobre los sueños, los sentimientos y el alma humana. Solaris, el planeta, es un ente vivo que pretende comunicarse, pero que tal y como nosotros hacemos en nuestro mundo con seres que consideramos inferiores, nos estudia, sin saber que puede hacernos daño (o quizás si), para conocer nuestras reacciones; el texto habla además sobre los fútiles intentos de comunicarnos con una inteligencia alienígena totalmente diferente a la humana, básicamente un gigantesco océano saturado de substancias químicas disueltas en un planeta de un sistema binario de estrellas, y el cual se presume tiene vida y posiblemente, inteligencia. Empero los intentos seculares por descifrar la conducta del extraño océano solo resultan en la clasificación de los fenómenos que en él se observan. Cuando los investigadores intentan ser más agresivos en su exploración del océano, éste responde de forma inesperada y demuestra ser capaz de leer la mente de la tripulación que lo estudia y extraer de ella información sobre alguna persona que haya dejado un recuerdo muy poderoso, lo cual desnuda la personalidad de los investigadores humanos, sin decir nada de la del océano. Lem utiliza este argumento para hacer un profundo estudio de la psicología humana, las relaciones afectivas y los límites del conocimiento científico.

`Solaris` no es en sí una obra de ciencia ficción, sino casi de filosofía. Una obra que nos habla, nos estudia, como seres humanos. Tal y como dice Lem en su propia novela, frase por demas definitoria y básica para todos nosotros, lectores de ciencia ficción: "No tenemos necesidad de otros mundos. Lo que necesitamos son espejos. No sabemos qué hacer con otros mundos. Un solo mundo, el nuestro, nos basta, pero no nos gusta como es."

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