Descansa un poco. El sol sobre tu cabeza al cabo de una hora de trabajo te obliga a consumir un poco de agua y una tableta de sales. Siéntate cinco minutos y observa todo a tu alrededor.MERCADERES DEL ESPACIO
Frederik Pohl & Cyril M. Kornbluth
Frederik Pohl & Cyril M. Kornbluth
Al final del día, estarás lo suficientemente cansado como para no prestar atención a esa enorme torre de incontables pisos en donde trabajas cosechando algún extraño cultivo, ese mismo que alimenta a la "gallina" -un extraño ser amorfo y escondido en los sótanos de la torre, animal que genera ondas expansivas de carne, que le son arrancadas y utilizadas como alimento- mientras los innumerables anuncios publicitarios de la compañía Fowler Schocken inundan tu cerebro -en un proceso invasívo- sin que puedas hacer nada para evitarlo.
Antes de dormir tienes que comer algo, un buen bocado de proteínas reconstituidas -no puedes permitirte más, firmaste un contrato clase B por 5 años y estarás en deuda permanentemente- y una buena taza de Mascafe, esa bebida llena de alcaloides que vuelve adictos a sus consumidores, principalmente niños, y todo es perfectamente legal.
Escrito como una critica al consumismo exacerbado en los EU, que arranca sus recursos al resto del mundo, Frederik Pohl recrea un maravilloso texto en donde gigantescas corporaciones publicitarias se arrebatan los recursos del planeta, tornándolo de su propiedad y vendiéndoselo a sus legítimos propietarios transformado en absurdos productos.
La presente traducción se deja leer de buena manera, recreando un ritmo ágil para el lector.
Por cierto, ¿Ya he dicho que el siguiente paso es Venus? La compañía Fowler Schocken y su rival Tauton se pelan la exclusividad para administrar cualquier posible ganancia producto de la explotación del vecino cósmico. Ah, y claro, además están los conservacionistas, esos ilusos e irracionales perseguidos de la justicia que insisten en que la destrucción del planeta, solamente para obtener cualquier tipo de ganancia, es inmoral y catastrófico. ¡Ja!, pobres estúpidos...
La presente traducción se deja leer de buena manera, recreando un ritmo ágil para el lector.
Por cierto, ¿Ya he dicho que el siguiente paso es Venus? La compañía Fowler Schocken y su rival Tauton se pelan la exclusividad para administrar cualquier posible ganancia producto de la explotación del vecino cósmico. Ah, y claro, además están los conservacionistas, esos ilusos e irracionales perseguidos de la justicia que insisten en que la destrucción del planeta, solamente para obtener cualquier tipo de ganancia, es inmoral y catastrófico. ¡Ja!, pobres estúpidos...
TM
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